30 março 2012

Julián del Casal (1863-1893)


Las horas

¡Qué tristes son las horas! Cual rebaño
de ovejas que caminan por el cielo
entre el fragor horrísono del trueno,
y bajo un cielo de color de estaño.

Cruzan sombrías en tropel huraño,
de la insondable Eternidad al seno,
sin que me traigan ningún bien terreno,
ni siquiera el temor de un mal extraño.

Yo las siento pasar sin dejar huellas,
cual pasan por el cielo las estrellas,
y aunque siempre la última acobarda,

de no verla llegar ya desconfío,
y más me tarda cuanto más la ansío
y más la ansío cuanto más me tarda.

As horas

Que triste são as horas! Qual rebanho
de ovelhas que caminham no céu
entre o terrível estrondo do trovão,
sob um céu da cor do estanho.

Cruzam sombrias num atropelo esquivo,
da eternidade insondável no peito,
sem que me tragam qualquer bem terreno
nem sequer o temor de um raro mal.

Sinto-as passar sem deixar rastro,
como através do céu passam as estrelas,
e, embora a última sempre se acobarde,

quando não a vejo chegar logo desconfio,
e mais me tarda quanto mais a anseio
e mais a anseio quanto mais me tarda.


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