Ars
El verso es vaso santo; poned en él tan solo
Un pensamiento puro,
En cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
Como burbujas de oro de un viejo vino oscuro!
Allí verted las flores que en la continua lucha
Ajó del mundo el frío,
Recuerdos silenciosos de tiempos que no vuelven,
Y nardos empapados en gotas de rocío.
Para que la existencia mísera se embalsame
Como de esencia ignota,
Quemándose en el fuego del alma enternecida
De aquel supremo bálsamo, ¡basta una gota!
El verso es vaso santo; poned en él tan solo
Un pensamiento puro,
En cuyo fondo bullan hirvientes las imágenes
Como burbujas de oro de un viejo vino oscuro!
Allí verted las flores que en la continua lucha
Ajó del mundo el frío,
Recuerdos silenciosos de tiempos que no vuelven,
Y nardos empapados en gotas de rocío.
Para que la existencia mísera se embalsame
Como de esencia ignota,
Quemándose en el fuego del alma enternecida
De aquel supremo bálsamo, ¡basta una gota!
Ars
O verso é copo sagrado, coloca nele apenas
um pensamento puro,
em cujo fundo se agitam, fervendo, as imagens
como bolhas de ouro de um velho vinho escuro!
Deita aí as flores que numa luta contínua
murcharam do mundo ao frio,
Memórias silenciosas de tempos que não voltam,
e lírios encharcados de orvalho.
Para que a existência miserável se embalsame
Como de essência ignota,
Queimando no fogo da alma enternecida
daquele bálsamo supremo, uma gota apenas!
O verso é copo sagrado, coloca nele apenas
um pensamento puro,
em cujo fundo se agitam, fervendo, as imagens
como bolhas de ouro de um velho vinho escuro!
Deita aí as flores que numa luta contínua
murcharam do mundo ao frio,
Memórias silenciosas de tempos que não voltam,
e lírios encharcados de orvalho.
Para que a existência miserável se embalsame
Como de essência ignota,
Queimando no fogo da alma enternecida
daquele bálsamo supremo, uma gota apenas!
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